Comunicado de Franco Berardi Bifo, Marco Jacquemet y Giancarlo Vitali, autores del libro Telestreet, máquina imaginativa no homologada
En junio de 2002, en Bolonia (Italia), nació OrfeoTV, y en meses sucesivos, en varias ciudades italianas, se diseminan las televisiones de calle que dieron vida al circuito Telestreet. De esta actividad nació un libro que se tituló Telestreet. Máquina imaginativa no homologada, que ha sido publicado en Italia, España y pronto lo será en los Estados Unidos. Cuenta las relaciones entre poder político y medios de comunicación en la Italia del último decenio: «Mediante el engaño y la ilegalidad un grupo económico y publicitario se ha apropiado de un enorme poder mediático, usándolo sin escrúpulos para obtener el poder político. Y el poder político ha sido utilizado para proteger y reforzar los intereses de este mismo grupo. Con esto se han sacrificado sistemáticamente los intereses de la comunidad nacional, el respeto a la ley y a las más elementales normas de convivencia».
El próximo 8 de marzo de 2006, en la ciudad de Pádova, donde el libro ha sido impreso en su edición italiana, sus autores hemos de comparecer ante un juez para responder a la acusación de difamación interpuesta por Federico Confalonieri. En tanto que titular de Mediaset, sintiéndose difamado por el libro, y sintiendo asimismo gravemente lesionados los intereses de la empresa (que, compitiendo en bolsa, habría supuestamente sufrido por causa del libro daños morales y materiales, tanto ella misma como sus accionistas), Confalonieri pide que los autores de dicho libro sean perseguidos así en el plano penal como en el civil.
No es la primera vez que el gobierno de Mediaset pone en marcha medidas dirigidas a eliminar toda voz libre. La eliminación de las pantallas televisivas de Enzo Biagi, Santoro, Luttazzi, Sabina Guzzanti y muchos otros y otras está ya inscrita en el gran libro de la historia universal de la infamia. Ahora agreden a un libro que no se ocupa de tramas secretas, que no desvela estafas ni engaños, sino que se limita a enunciar un principio: la conexión entre poder económico, poder mediático y poder político asesina la democracia.
Los propietarios de Mediaset y del gobierno, que desde hace años acusan a sus adversarios de usar la justicia en su contra, ahora se remiten a la justicia para pedirle que persiga la libertad de expresión. Quienes reúnen diariamente a decenas de millones de personas frente a su emisión ininterrumpida de señales electrónicas neurocongestionantes, llevan a los tribunales a los autores de un libro que habla de imaginación no homologada.
24 de febrero de 2006