TV3 y Catalunya Ràdio están siendo sometidas a una erosión constante por parte de instancias políticas, fundamentalmente el PP, y por intereses privados del sector audiovisual, que aspiran a captar su publicidad y audiencia, pero no por méritos propios, sino procurando el empequeñecimiento de TV3 y Catalunya Ràdio sin ninguna consideración a su carácter público, que garantiza un servicio universal de información, formación y entretenimiento digno a todos los catalanes.
Contra lo que rumorean y insinúan estos círculos interesados, TV3 y Catalunya Ràdio no están sobre dimensionadas, están sometidas a las mismas recortes que los sectores públicos de enseñanza y de sanidad, y casi todos los trabajadores temporales de estos medios han sido abocados al paro desde hace meses engrosando el colectivo de trabajadores catalanes sin trabajo y sin subsidio.
Las condiciones salariales y laborales de los trabajadores de TV3 y Catalunya Ràdio también se han visto rebajadas, al igual que las de todos los trabajadores catalanes, por los sucesivos decretos y normativas de los gobiernos catalán y español y las reformas laborales aplaudidas por PP y CiU.
Pero los intereses políticos y privados acosan aún con más fuerza la televisión y la radio pública y nacional de Catalunya intentando mostrar estos medios a la ciudadanía como prescindibles y a sus trabajadores como privilegiados.
Claman por empequeñecer TV3 y CR y disminuir sus plantillas ignorando el futuro de trabajadores que, como la mayoría, tienen a su cargo familiares en paro y sin subsidio. No les importa contribuir al crecimiento del desempleo ni restar talento y experiencia a estas empresas, y ocultan que una disminución de plantilla no significaría ningún ahorro para el contribuyente, sino que serviría sólo para engordar los beneficios de las productoras privadas que sustituirían a los trabajadores despedidos.
También ocultan que el ahorro del cierre de canales y frecuencias de la televisión y de la radio nacionales de Catalunya sólo tiene un objetivo simbólico para estas antenas, casi sin personal propio, emiten a partir de la producción del conjunto de profesionales de cada medio. En cambio, significaría una reducción del espacio comunicacional catalán, bastante minoritario en el conjunto de la programación radiotelevisiva dominada por cadenas hispanohablantes y privadas.
Desgraciadamente ni destinando la dotación presupuestaria anual de TV3 y Catalunya Ràdio, que es de 260 millones de euros, la ciudadanía de Catalunya podría tener garantizados los servicios esenciales de sanidad, enseñanza y servicios sociales, ni siquiera por un mes.
Por eso reivindicamos el papel capital de los medios de comunicación públicos de la CCMA en la vertebración y la cohesión social, cultural y lingüística, que es garantía de una opinión pública bien informada y de una sociedad democrática.
Barcelona, 11 de septiembre de 2012