La patronal pretende aplicar en sus periódicos un recorte salarial mínimo del 10% a los trabajadores que no ha despedido aún

Los editores de los periódicos han puesto a todos los trabajadores del sector a los pies de los caballos. Esa es la única forma de resumir el resultado de la comisión negociadora del IV Convenio Colectivo Estatal de Prensa Diaria, que tuvo lugar el 19 de febrero entre la patronal AEDE (Asociación de Editores de Diarios Españoles) y los sindicatos más representativos, Comisiones Obreras, UGT y la Federación de Sindicatos de Periodistas (FeSP).

El punto clave del desacuerdo entre la parte social y la empresarial ha ido más allá del meramente económico. Por una parte, los miembros de la AEDE insisten en rebajar las tablas salariales básicas en un 10%, después de haberse visto obligados a retirar una propuesta anterior, de un 20% de reducción, que era abiertamente ilegal porque dejaba varias categorías salariales por debajo del salario mínimo interprofesional.

Pero, por otra parte, ese 10% es engañoso. La trampa de la patronal es que no se conforma, en realidad, con ese recorte inicial, sino que además pretende que se corten, copien y peguen párrafos enteros de la reforma laboral, incluyendo los que hablan del descuelgue salarial. De esta forma, la propuesta de AEDE se resume en que las empresas de prensa diaria quieren rebajar a las plantillas, como mínimo, un 10%, y luego, de empresa en empresa, bajar a los trabajadores y trabajadoras lo que les venga en gana.

Desde los sindicatos se les ha dicho con claridad que no se comprende ese “ensañamiento” con los periódicos donde se aplica, en la actualidad, este convenio. En concreto se trata de pequeñas cabeceras de ámbito local y provincial que representan, desde el punto de vista empresarial y laboral, una parte ínfima del sector. Son apenas una veintena de empresas y, como máximo, un millar de trabajadores y trabajadoras con una alta precariedad y bajo la amenaza continua del despido.

Se trata, a juicio de las centrales sindicales, de una porción tan pequeña de profesionales que recortarles aún más sus condiciones laborales no tiene ningún sentido ni justificación, porque el ahorro que representaría en el conjunto del sector es prácticamente cero. A menos que, como empezamos a sospechar, la pretensión de la patronal sea que, a medio y largo plazo, a todos los periodistas de España les impongan un convenio cuyas tablas salariales se quedarían por debajo de 1.000 euros mensuales.

Ante la cerrazón de la AEDE, que pretende pagar sueldos cada vez más próximos al salario mínimo a los pocos trabajadores que todavía no han despedido tras cuatro años de sangría, Comisiones Obreras, FeSP y UGT, han terminado la reunión anunciando que, de forma urgente, convocarán asambleas informativas en todas las empresas de prensa diaria, antes de volverse a sentar con la patronal el mes próximo.