Termina la precampaña electoral y las candidaturas han dicho algunas cosas con respecto a los medios de la CCMA, pero algunos con poca claridad y con poca concreción. El PPC sí que es claro, y reclama una reducción del 15% del presupuesto de la CCMA, que cifra en unos 38 millones de euros. Ciutadans también considera que sobran medios públicos en Cataluña.

Otros partidos se han mostrado favorables a derogar la contrarreforma de la Ley de la CCMA, para evitar un Consejo de Gobierno en manos de la mayoría de gobierno. También en defender la dimensión de las empresas de la Corporación, que pueden mejorar en eficiencia, pero en ningún caso merecen recortes de presupuesto o de plantilla que impedirían su función social y de servicio. Por su parte CiU se mueve en la indefinición, diciendo que nos apoya pero que hay que optimizar. Pero, por mayoría, el 27 de septiembre los partidos aprobaron en el Parlamento, dentro de la resolución sobre política general, que había que «fortalecer y reforzar» los medios de la CCMA.

Por eso interpelamos las candidaturas al Parlamento y a los partidos para que concreten qué entienden por «fortalecer y reforzar», unas expresiones que para nosotros son lo contrario de debilitar y debilitar TV3 y Catalunya Ràdio. Y de la voz de que estamos «sobredimensionados», que incluso parece que comparte el director de TV3. Y porque la CCMA tiene enemigos políticos y empresariales que, combinados, han tramado desde hace años una campaña intoxicadora sobre su realidad, sus gastos y las condiciones laborales y salariales de sus trabajadores, con el objetivo de debilitar los medios públicos en favor los privados.

Tanto dentro de las empresas como desde sectores académicos, profesionales y sindicales ha respondido con argumentos rigurosos a los datos manipulados o descontextualizados que se han dado desde publicaciones diversas, muchas relacionadas con grupos mediáticos con intereses en el sector audiovisual.

Por eso emplazamos las fuerzas que formarán el próximo Parlamento a que se comprometan con el modelo aprobado y que parecía blindado por la Ley de 2007, y que desgraciadamente se ha visto pervertida por la contrarreforma llevada a cabo por la alianza CiU-PP que ha presidido los dos años de la pasada legislatura. Una contrarreforma que ha supuesto el regreso al modelo gubernamental de medios públicos, que la sociedad y los profesionales rechazamos durante años y que con mucho esfuerzo conseguimos arrinconar. Pero como muchas contrarreformas, ésta también debe fracasar, y esto significaría una primera victoria en la defensa del modelo y las dimensiones que los trabajadores queremos y la sociedad necesita.

En todo caso, los llamados a representar al pueblo en el Parlamento deben definir claramente cuál es su posición respecto de los medios públicos de la Generalitat, para que los votantes puedan conocer y actuar en consecuencia, empezando por la propia plantilla de la CCMA.

Y en cuanto a los trabajadores, ahora el gobierno Rajoy acaba de aprobar que las empresas públicas, incluidas las de comunicación, puedan reducir plantilla si su presupuesto se reduce un 5% para el próximo ejercicio. Una medida especialmente cínica porque deja en manos de las administraciones -y los directivos insensibles elegidos por las legislaciones progubernamentales- que sean juez y parte, dictando primero la rebaja de presupuesto que será después el argumento para proceder a un ERE.

Una razón más para ser conscientes de la gravedad de la amenaza que tenemos encima, en manos aún de unos directivos títere, paralizados ahora por el proceso electoral, y de un gobierno en funciones que ha pervertido la gestión democrática de los medios para un pacto con el PP, partido que ahora rechaza verbalmente pero con quien tiene pactados decisiones económicas y acuerdos municipales ya las Diputaciones catalanas.

Por ello, para hacer llegar nuestro mensaje a los grupos políticos, una buena ocasión es el inicio de una campaña electoral, con la presentación pública de los carteles o los vídeos de propaganda, que es la parte más folclórica de la contienda, destinada al lucimiento de los candidatos en actos endogámicos, y la aparición en directo en la pantalla, debido a la huelga de firmas y de personalización que harán los profesionales de la información, sometidos a un estado de excepción informativa para la imposición de los bloques electorales minutados y ordenados en función de la representación parlamentaria.

Toda huelga conlleva molestias y sacrificios, pero nunca se hace por gusto, sino por la necesidad de conseguir objetivos superiores a los problemas concretos que nos puedan crear. Por eso pedimos todos que reflexione sobre la proporción entre la gravedad de la amenaza que tenemos encima y el gesto de enviar a los partidos, ya la población, el mensaje que el Parlamento y el Gobierno deben dotar definitivamente de estabilidad empresarial, laboral y profesional a unos medios que en 2013 cumplimos 30 años y sin los cuales no se podría entender la Catalunya reciente. Y esto sólo ha sido posible con la dotación necesaria para llevarlo a cabo.

Ahora y aquí, no defendemos intereses sólo laborales: reclamamos una dirección de la CCMA y de los medios profesional e independiente, y defendemos el derecho de la ciudadanía a una información y una programación públicas, que ofrece lo que no pueden los medios privados, y que por ello constituyen un pilar básico de la democracia.

Y si eso no es suficientemente garantizado por las fuerzas políticas, es función de los trabajadores-comprometidos con estas empresas-y de sus organismos representativos, recordarlo públicamente.