El miércoles 7 de abril se cerró un acuerdo entre la empresa editora de El Mundo de Catalunya y los representantes de los trabajadores que permitió desconvocar la huelga prevista para los pasados días 8 y 9 de abril. El conflicto se produjo a raíz del anuncio hecho por los responsables del rotativo de suprimir el cuadernillo central dedicado a la actualidad de Catalunya y despedir aproximadamente a una tercera parte de la plantilla de la delegación de Barcelona. La asamblea aprobó las dos jornadas de paro ante la intransigencia de la empresa, que se negaba a negociar un plan de bajas incentivado, tal como reclamaban los trabajadores. Ningún representante legal de la editora se presentó el viernes 2 de abril, en la Consejería de Trabajo en Barcelona, al acto de mediación previsto previo a la realización de la huelga.
La dirección de la empresa, finalmente, aceptó el lunes 5 de abril abrir las negociaciones que culminaron dos días después con el acuerdo que contempla, para las personas que se adhieren al plan de bajas voluntario, el pago de una indemnización de 45 días por año trabajado más dos meses de salario de tramitación. Se garantiza una cantidad mínima de 9.000 euros para aquellas personas que no lleguen a esta cifra. Los directivos de El Mundo que han tenido un protagonismo especial en este conflicto han hecho gala de una actitud nada acorde a la de una sociedad basada en comportamientos democráticos, ya que la postura inicial fue la de imponer su criterio sin ninguna negociación con los representantes sindicales y bajo la amenaza del despido fulminante a quien no aceptara la decisión de la empresa. Finalmente, la presión y la mobilización de los trabajadores y el apoyo del comité de empresa de El Mundo en Madrid ha permitido resolver un conflicto con una solución a la que podría haberse llegado mucho antes y con menos ruido si la empresa hubiera tenido otra actitud más abierta y dialogante.