Los trabajadores de La Gaceta de Canarias protagonizan hoy miércoles día 5 de noviembre la tercera jornada de huelga convocada por la asamblea. Los trabajadores se concentrarán a las 12 horas ante las sedes del periódico en Gran Canaria y en Tenerife. El motivo de los paros es el impago de hasta tres salarios por parte de la empresa editora del rotativo y los constantes engaños por parte de Fernando Peña, máximo accionista del grupo Salatín, al que pertenece La Gaceta de Canarias.

La Gaceta de Canarias está sumido en la mayor crisis de su historia, después de que la empresa editora haya decidido cerrar esta misma semana sus instalaciones en Santa Cruz de Tenerife, vulnerando tanto el derecho a la huelga de los trabajadores que la han secundado como el derecho al trabajo del resto. Fernando Peña y la consejera delegada Elena Rodríguez Darias, han tomado esta irresponsable decisión de manera unilateral haciendo que, por primera vez en su historia, este periódico no haya llegado a los quioscos. Estas personas son los auténticos responsables de esta debacle y del impago de hasta tres salarios que ya acumulan los empleados del periódico. Precisamente el cien por cien de la plantilla de la empresa no ha trabajado hoy, segunda jornada de huelga planteada en demanda de los sueldos adeudados.

La Unión de Profesionales de la Comunicación de Canarias (UPCC) muestra su total repulsa ante esta decisión irregular e inédita en la historia de los medios de comunicación del archipiélago canario. Desgraciadamente el comportamiento errático de la patronal hará previsiblemente que el periódico no salga a la calle, una publicación que en Canarias se edita conjuntamente con El Mundo.

Los empleados de La Gaceta de Canarias denuncian esta nueva vulneración de sus derechos y mantienen sus protestas, con más razón si cabe, para llamar la atención de ciudadanos, colectivos, empresas y administraciones públicas ante el previsible cierre de esta cabecera, que el próximo 14 de noviembre cumpliría 19 años informando a la sociedad canaria. Los trabajadores consideran que ha llegado el momento de que la sociedad y las distintas administraciones públicas tomen partido y hagan todo el esfuerzo por mantener vivo este periódico y los 70 puestos de trabajo que están en juego.