Los trabajadores de la CCRTV sólo reclaman el mantenimiento del poder adquisitivo y condiciones laborales reguladas y compensadas
Los representantes de los trabajadores de Catalunya Ràdio y de TV3 hace tiempo que conocen las opiniones del director general de la CCRTV, Joan Majó, sobre la situación salarial en estas empresas, y que hoy ha expresado en el Parlament. Según él, los sueldos de las empresas de la Corporació son “muy buenos”, tanto en relación a la radio privada como en el resto del sector audiovisual: sectores claramente desregulados, sin convenio de sector, y donde suele regir la ley de la selva. Bonita comparación, por tanto. Todas las declaraciones sobre la función de la radiotelevisión nacional, que exige estabilidad profesional y laboral, parece que se olvidan cuando se trata de hablar del pan. Por otra parte, las comparaciones que se airean a menudo con los sueldos en otras radiotelevisiones autonómicas no se quieren hacer contrastando también niveles de productividad, número de emisoras y de canales en antena o diferencies del nivel de vida en Catalunya y fuera. Por esto, desde la dirección general no se acepta el IPC catalán, que es lo mínimo exigible para no seguir perdiendo poder adquisitivo. En cambio, no se habla de los pluses arbitrarios y poco transparentes o de las bufandas por servicios prestados (en muchos casos respetados a pesar de haber un gobierno progresista), o del mantenimiento de cementerios de elefantes.
Por todo ello Majó se niega a la equiparación salarial de Catalunya Ràdio con TV3: porqué reiteradamente ha dicho que el convenio de la televisión es “demasiado bueno” (para los trabajadores, claro), y “poco competitivo” (en relación a los salarios bien poco europeos del sector audiovisual), y que su objetivo en la negociación que hay ahora mismo en TV3 es rebajar su convenio, de forma que se podría pensar que está dispuesto a la equiparación pero a la inversa, rebajando el poder adquisitivo de la plantilla de la televisión. De hecho, no ha concedido ni siquiera el IPC estatal, y junto con otras propuestas desreguladoras sobre horarios y normas de selección, rechazadas ya por el comité de empresa, y la negativa a la mayoría de mejoras planteadas por los trabajadores, auguran un horizonte nada plácido de cara al futuro. Mientras, los recortes afectan también a la situación de los trabajadores del canal 3/24, impidiendo una mejora de las condiciones de rotación y nocturnidad que les afectan.
En todo caso, si se quire aplicar una política de rigor y de contención, que se digan los motivos y los objetivos, pero que no se haga demagogia deformando el poder adquisitivo de los trabajadores de la Corporación, e intentando enfrentar sus legítimas reivindicaciones con un supuesto “interés general” o con las condiciones peores de los trabajadores de otras empresas, que en nada saldrían beneficiados de la renuncia de las plantillas de Catalunya Ràdio y TV3 a reclamar sus derechos laborales y salariales.
Barcelona, 11 de junio de 2005