Cada vez que oigo hablar de conceptos como libertad de expresión, libertad de prensa y libertad de comunicación echo en falta otro concepto -dual- para mí mucho más importante porque condiciona todos los demás. Me estoy refiriendo al que vincula la precariedad laboral y la desinformación.
A políticos y personajes de todo tipo se les llena la boca con la defensa de la libertad de información, del derecho de la ciudadanía a recibir una información veraz. Pero no oigo declaraciones que expresen preocupación por la situación laboral y profesional de aquellos que deben ser los vehículos de esos derechos, quienes los hagan realidad con su trabajo: los periodistas.
No se puede ni siquiera plantear la existencia de la libertad de prensa, de la libertad de información, cuando la mayoría de los profesionales del periodismo cobran salarios que superan por muy poco el mínimo interprofesional; cuando las empresas utilizan a estudiantes en prácticas para no tener que contratar licenciados; cuando profesionales que trabajan de forma continuada para una única empresa son tratados como simples colaboradores y obligados a darse de alta como empresarios autónomos y a pagar de su bolsillo el material necesario para desarrollar su trabajo.
¿Puede un profesional de la comunicación desarrollar su trabajo con honestidad e independencia cuando sabe que las empresas periodísticas están reduciendo sus plantillas –ya habitualmente cortas- para reducir gastos? Y cuando se siente amenazado por la tijera de los técnicos en sanear empresas (léase despedir gente para reducir costes)?
A todas estas preguntas, y a muchas otras que podría seguir haciendo, mi respuesta es NO. Un trabajador de la comunicación no se puede sentir libre para explicar lo que oye y ve cuando siente miedo de perder su trabajo si lo hace. Pruebas y ejemplos los tenemos todavía bien próximos y presentes. No, en estas circunstancias no existe libertad de prensa ni libertad de información. Con estas premisas lo que hay es manipulación informativa, autocensura y desinformación.
Nuestra precariedad es tu desinformación es el lema de una campaña puesta en marcha por el Sindicat de Periodistes de Catalunya (SPC), un lema desgraciadamente muy real que hace que el Día Internacional de la Libertad de Prensa tenga que ser, incluso aquí, el Día de la Reivindicación de la Dignidad Laboral y Profesional de los Periodistas.
* Miembro de la Ejecutiva del Sindicat de Periodistes de Catalunya y Profesor del Departamento de Periodismo de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB)