La FeSP lamenta el daño a Emilio Morenatti y recuerda la obligación de empresas y gobiernos de ofrecer la máxima protección a los periodistas en zonas de conflictos armados

Ante el doloroso suceso que ha afectado al fotógrafo Emilio Morenatti, jefe de Fotografía de la agencia Associated Press, en Afganistán, la Federación de Sindicatos de Periodistas (FeSP), al tiempo que manifiesta su pesar por el mismo y su solidaridad con el compañero, no puede dejar de recordar lo pernicioso de la práctica del periodista empotrado.

Esta práctica fue inaugurada por las fuerzas de Estados Unidos en la invasión de Irak cuando hasta entonces la más elemental prudencia y recomendación de manual para los corresponsales de guerra era no utilizar para su cometido instalaciones ni vehículos militares.

Como se ha demostrado en el caso de Julio Anguita Parrado y tantos otros como ahora en el de Emilio Morenatti, esta práctica no aporta ninguna seguridad al periodista, ya que lo expone claramente al fuego de la fuerza adversaria.

Con el agravante de que, como ocurrió en Irak, la fuerza anfitriona acostumbra a ejercer el derecho, aceptado por la empresa, de ejercer censura previa sobre el material que se emita. Una dejación de la libertad de prensa que esas mismas empresas ocultan a sus lectores y televidentes.

El colmo del cinismo es que estas fuerzas anfitrionas exponen a los periodistas que si no concurren empotrados en ellas no pueden garantizar su integridad; un argumento que como en el caso de José Couso y del resto de periodistas asesinados y de emisoras atacadas aquel día y los siguientes suele entenderse como abrir la veda del periodista.

El riesgo de todos estos profesionales es altísimo pero lo es más, si cabe, el de los cámaras locales empleados por los medios extranjeros y que tanto en Afganistan como en Irak o Palestina son la diana de todas las partes intervinientes del conflicto.

Además de la inseguridad física, en muchos casos estos informadores carecen de cobertura logística y/o laboral y están sometidos a fuertes presiones desde las redacciones para obtener resultados que representan casi siempre asumir mayores riesgos.

Todos estos aspectos están previstos en el Proyecto de Estatuto del corresponsal de Guerra presentado por la FeSP al I Encuentro de Periodistas del Mediterráneo celebrado en Almería y aprobado por unanimidad por las organizaciones presentes de 25 países el 17 de abril de 2005.

En su resolución final el Encuentro señalaba: «Pedimos que los periodistas en zonas de conflicto cuenten con un estatuto para corresponsal de guerra. Subrayamos la responsabilidad de las empresas editoras para formar a los periodistas en misiones peligrosas, así como a proporcionarles una cobertura adecuada a ellos y sus familias, especialmente en casos de secuestro, desaparición o muerte. Instamos para que el Estatuto del Corresponsal en Zonas de Conflicto, presentado en este Encuentro de Periodistas del Mediterráneo, sea asumido por los gobiernos y sirva de modelo en negociaciones con los editores.»

Este documento lo ha incluido la FeSP como anexo a su actual proyecto de Estatuto de Garantía del Derecho a la Información.

Barcelona, 14 de agosto de 2009