A las 10 de esta noche, todas las televisiones habían mostrado la violencia desproporcionada de los Mossos de Escuadra contra los manifestantes que protestaban por el desalojo de las instalaciones de la Universitat de Barcelona.
También se habían hecho públicas las protestas de las organizaciones profesionales de los informadores contra las agresiones a fotoperiodistas y cámaras de televisión, a las que pretendía responder el director general de la policía diciendo que no era fácil distinguir manifestantes de fotógrafos, y que a la hora de picar con la porra espaldas y piernas se había seguido el protocolo previsto….
Las organizaciones de estudiantes se sumaban a las críticas, y desde el ámbito político se pedían explicaciones sobre el comportamiento de los Mossos y la oportunidad de las cargas en la calle.
Pues bien, cuando podría parecer que desde los altos cargos de Interior habrían recomendado moderación, ante el penoso espectáculo que estaba dando una policía que se quiere «de proximidad», los Mossos han vuelto a cargar en las calles de Barcelona y, nuevamente, han agredido representantes de los medios de comunicación.
Entre otros, han sido agredidos periodistas de La Vanguardia, d’ADN, d’El País, de Catalunya Ràdio, de BTV, de Vilaweb y de RAC-1, y también un equipo de TVE-Sant Cugat, un miembro del cual, Joan Francesc Escrihuela, delegado sindical del Sindicat de Periodistes, ha sido lanzado al suelo y ha debido ser atendido en una ambulancia. En la página web del sindicato se puede leer su crónica de los hechos.
Recomendamos los Mossos d’Esquadra que aprendan a distinguir entre manifestantes e informadores, que acostumbran a llevar micrófonos y cámaras de fotografía y de televisión, y que intentan garantizar el derecho constitucional a la información, un derecho que la policía catalana debería ser la primera a respetar.
Recordamos también que el Consejero Saura afirmó hace unos meses que sería obligatorio por los Mossos lucir en lugar visible su TIP (nº de identificación), que hoy no se podía ver de ninguna forma, obstaculizando así cualquier posible denuncia de los profesionales agredidos.
Barcelona, 18 de marzo de 2009