La FeSP recuerda también a Julio Anguita Parrado y Ricardo Ortega y reitera su exigencia de Estatutos del Corresponsal de Guerra en todas las empresas

Este jueves 8 de abril se cumple el primer aniversario del asesinato de José Couso en Bagdad, que estará marcado por el homenaje al reportero muerto por un carro de combate estadounidense y por las protestas contra ese crimen de guerra. La Federación de Sindicatos de Periodistas apoya los diversos actos convocados por los familiares y compañeros de Couso e invita a los informadores a sumarse a ellos.

El mismo 8 de abril, en Bagdad, su hermano Javier Couso y otros dos miembros de HAC (Colectivo de Hermanos, Amigos y Compañeros) protagonizarán un homenaje al camarógrafo español asesinado y a todos los profesionales de la información muertos, que servirá también para «denunciar los crímenes de guerra contra el pueblo iraquí».

Recuerdo a Anguita Parrado y Ortega

Este aniversario es doblemente doloroso puesto que también recordamos a Julio Anguita Parrado, periodista español muerto sólo un día antes, el 7 de abril de 2003, en la misma guerra de Irak. Tampoco podemos olvidar a otra víctima reciente, Ricardo Ortega, asesinado por francotiradores en Haití, ni al resto de profesionales fallecidos en el cumplimiento de su trabajo al servicio de la ciudadanía, como Julio Fuentes, caído un año antes en Afganistán.

Como Federación de Sindicatos de Periodistas debemos, además, recordar que la situación laboral de tres de estos compañeros que perdieron la vida mientras cubrían conflictos internacionales no hacía justicia a la enorme responsabilidad informativa que asumían en tan peligrosos escenarios.

Exigencia de un Estatuto del Corresponsal de Guerra

En este contexto, repetimos lo que decíamos en un comunicado sobre la muerte de Ricardo Ortega que, elaborado el 10 de marzo, quedó sin difundir ante los salvajes atentados del 11-M: «La FeSP invita a sacar lecciones de lo sucedido y propone fórmulas concretas para garantizar a los enviados especiales el máximo respaldo posible, tanto laboral y profesional como en materia de seguridad. Para empezar, y cuenten para ello con la colaboración de la Federación de Sindicatos de Periodistas (FeSP), todas las empresas informativas deberían aprobar un Estatuto específico para sus corresponsales de guerra o enviados a escenarios informativos de alto riesgo.” Es el mejor homenaje que podrían rendir a Ricardo Ortega, José Couso, Julio Anguita Parrado y tantos periodistas que se juegan la vida por asegurar el derecho ciudadano a una información libre e independiente. Que también es, no se olvide, un deber de las empresas de comunicación.

7 de abril de 2004