Desde el Sindicato de Periodistas de Andalucía (SPA-FeSP) entendemos que es importante y necesario conmemorar hoy, 25 de noviembre, el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer. Como transmisores de información, los y las profesionales de la información y las empresas periodísticas en las que trabajan, pueden y deben cumplir un importante papel en la erradicación de la violencia contra las mujeres.

Para ello es necesario que se involucren como actores de cambio y reciban la formación y el asesoramiento necesario para un adecuado tratamiento de estas noticias que destierre la reproducción y alimentación de la ideología sexista que otorga el poder a los hombres y discrimina a las mujeres, contribuyendo a perpetuar situaciones de desigualdad y discriminación.

Desde el SPA entendemos que hoy, mañana y pasado es importante sumarnos a la lucha contra esta lacra social que es la violencia contra las mujeres. Es por ello que animamos a sumarnos a los diversos actos que con motivo de la conmemoración de este día están convocados en ciudades y pueblos de Andalucía.

Entre todos, mujeres y hombres de la información, ejerciendo un periodismo responsable nos sumamos con nuestro trabajo, contribuyendo a la creación de un mundo sin violencia y en igualdad y avanzando en la erradicación de una lacra social que perdura desde siglos en nuestras sociedades.

A continuación, reproducimos el decálogo hecho público por la Federación Internacional de Periodistas (FIP) dirigido a periodistas y medios de comunicación con recomendaciones para informar sobre hechos relacionados con la violencia de género.

Protocolo de la Federación Internacional de Periodistas (FIP) para la cobertura de la violencia contra las mujeres:

1. Identificar la violencia contra las mujeres con exactitud, apoyándose en la definición aprobada en 1993 por Naciones Unidas sobre la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres.

2. Utilizar un lenguaje preciso y no estereotipado. Ejemplos: Una violación o asalto sexual no deben ser calificados como actividad sexual habitual, y el tráfico de mujeres no se debe confundir con la prostitución.

3. Evitar el uso de la palabra «víctima» durante la entrevista o en la información final. El uso de la expresión puede ser perjudicial. El término que mejor recoge la realidad de la mujer que ha sufrido la violencia es Œsobreviviente’. No use un lenguaje que sugiera que la sobreviviente es culpable de la agresión o que de alguna manera provocó el ataque.

4. Usar estadísticas y antecedentes para situar el lugar del incidente dentro del contexto de violencia de la comunidad o conflicto armado. Proporcione a los lectores o audiencia el panorama completo.

5. Contar la historia completa: los medios usualmente informan del incidente, pero el abuso podría reflejar un problema social de larga duración (conflicto armado), o ser parte importante de la historia de una comunidad.

6. Garantizar que las preferencias de la sobreviviente sean cumplidas: siempre ofrecer una entrevistadora mujer y un escenario seguro y privado para realizar la entrevista. Tener en cuenta que podría existir un estigma social alrededor del caso y evite exponer a la entrevistada a mayor abuso.

7. Consultar grupos de mujeres y organizaciones expertas sobre las técnicas de entrevista más apropiadas, así como la reacción de la entrevistada. Es inaceptable que los camarógrafos hombres entren sin identificarse previamente. Es fundamental conocer las costumbres y contextos culturales donde labora y respetarlos.

8. Proporcionar los datos de organizaciones locales que puedan brindar apoyo a la sobreviviente, testigos y familiares.

9. Tratar a la sobreviviente con respeto. Respetar de igual forma la privacidad de la entrevistada. Brindar suficiente información sobre los temas que serán cubiertos durante la entrevista, el uso que se le dará al material y dejar claro el derecho de la entrevistada a rehusarse a responder alguna de las preguntas.

10. Mantener la confidencialidad: no publicar o emitir nombres o datos que puedan comprometer la seguridad, salud, posición en la comunidad o calidad de vida de la sobreviviente. Esto es particularmente importante cuando los responsables del crimen son agentes de la policía, funcionarios del gobierno, personas vinculadas a organizaciones poderosas o tropas en combate.

La FIP recomienda también incorporar las siguientes ideas en el cubrimiento informativo:
(Tomadas de ‘Cubrimiento de la Violencia Doméstica: Guía para Periodistas y Profesionales de Medios de Comunicación’. Kelly Starr. 2008)

• No concluya que algunas culturas o clases son violentas y otras no.

• Busque el aporte de expertos en violencia de género. Ellos ayudarán a ubicar el delito en un contexto más amplio e incluir información sobre prevención y reacción de la comunidad.

• Ofrezca sus datos para que la entrevistada tenga la posibilidad de contacto posterior.

• Evite tratar crímenes de violencia de género como una tragedia inexplicable que no puede ser tratada por la comunidad.

25 de noviembre de 2008