La extensión estatal del convenio de El Norte de Castilla parecía que iba a convertirse en el tiro de salida del futuro convenio marco de la prensa diaria. En realidad lo es mucho más de lo que parecía porque lo que tenía todos los visos de ser una negociación rutinaria quedó frenado en seco una vez que se vio la trascendencia del acuerdo final. El convenio de El Norte de Castilla se tenía que convertir en el norte de la prensa diaria en cuanto a regulación laboral y eso ha asustado a sus editores.
El grupo vasco de El Correo, a quien pertenece el rotativo castellano, ha echado el freno y ha buscado todo tipo de ardides para atrasar las conversaciones que han llegado a provocar medidas de presión por parte de los trabajadores. No sólo por la «responsabilidad» que le ha caído encima ante el conjunto de las empresas periodísticas del Estado, sino también dentro de su propio grupo, donde hay diarios en los cuales los trabajadores están en peores condiciones que las de El Norte de Castilla.
La falta de acuerdo en el convenio, sobre todo en temas económicos, ha hecho que las dos partes aceptasen la intervención de un árbitro, Alberto Ambrós, director general de Trabajo de la Junta de Castilla-León. En el momento de cerrar esta edición de Fil Directe aún no se conocía el su dictamen pero se estaba a la espera lo que fuese de un momento a otro. La empresa, aceptando esta fórmula, disminuye su cuota de responsabilidad ante la eventualidad de que el convenio resultante no guste al conjunto del empresariado de prensa diaria.
Actualmente, la cifra de diarios sin convenio y que por lo tanto se podrían beneficiar de la firma del de El Norte de Castilla es aproximadamente de un 26% del total de la prensa diaria, a pesar de que la cifra puede haber cambiado ligeramente por cuanto hay diarios empresarialmente independientes que han sido adquiridos por grupos de prensa.