La dirección de la CCMA ha anunciado la desaparición de ICAT FM de la frecuencia modulada a partir del próximo 1 de octubre, y la reordenación de los canales de TVC, con la desaparición del 3XL y la reducción de la programación del 33, que compartirá canal con el Super3. En el caso de ICAT FM, la decisión es negativa para el Grupo de Emisoras de Catalunya Ràdio porque pierde una frecuencia y, por tanto, presencia en la antena y fuerza mediática. También se renuncia a un potencial de oyentes acostumbrados a escuchar la radio por la frecuencia modulada. Es una decisión precipitada que habría necesitado un periodo más amplio de transición donde se pudiera explicar a los oyentes el nuevo canal o, al menos, poner en marcha el nuevo proyecto de manera más inmediata, sin esperar al 1 de enero.

En el aspecto laboral, la decisión de eliminar ICAT FM de la frecuencia modulada puede poner en peligro algunos puestos de trabajo del Grupo de Emisoras de Catalunya Ràdio. Desde este comité exigimos, como la dirección se ha comprometido a cumplir, que la desaparición de la FM no comporte ningún despido.

Pero, además, la decisión de eliminar ICAT FM de la frecuencia modulada supone hacer desaparecer la emisora de la cultura del Grupo de Catalunya Ràdio. No podemos olvidar el trabajo diario de servicio público que se ha hecho durante todos estos años dando salida y voz a la música y la cultura catalanas. Es cierto que vivimos en un contexto económico difícil, pero ¿qué precio hay que pagar por tener un altavoz de la cultura y la música del país? En un momento en que el gobierno defiende tener estructura de estado, es cuando más toca defender nuestra cultura y reforzar los medios que la promueven como ICAT FM o el 33. Dejar la FM supondrá, una vez más, debilitar el servicio público para beneficiar a la empresa privada, que será la encargada de recibir, casi con seguridad, la frecuencia que ahora abandonamos. Desgraciadamente, la historia no es nueva en Catalunya Ràdio, ya se vivió hace unos años con RAC 105.

Hoy es un día para criticar las direcciones que han pasado por el Grupo de Emisoras de Catalunya Ràdio en los últimos años y que han sido incapaces de hacer las inversiones de esfuerzo y dinero que merecía una emisora cultural como ICAT FM. Si ha llegado a este final, también es culpa de quien no se ha involucrado lo suficiente en el proyecto. No los trabajadores que siempre han aportado su calidad, lucha e ilusión para hacer llegar a los oyentes lo que en ninguna otra emisora pueden encontrar.

Hoy, al día siguiente del anuncio de una decisión tan triste, es momento también para exigir a la actual dirección que el compromiso que ha adquirido con los trabajadores para sacar adelante un nuevo proyecto, no quede en nada. En los próximos meses nos debe demostrar que lucha por el futuro de ICAT. CAT y, sobre todo, que cree en un servicio público de calidad como el que tenemos ahora: con una programación y unos contenidos culturales que no se pueden perder. Queremos que sea capaz de transmitir a todos los departamentos de Catalunya Ràdio la necesidad de poner en marcha un nuevo proyecto con fuerza para que mantenga y supere el nivel que tiene ahora.

Todos los trabajadores del Grupo de Emisoras de Catalunya Ràdio se pondrán al frente de un nuevo proyecto con todas sus fuerzas. Como lo hemos estado haciendo desde que se creó la emisora hace cinco años. Y como hacemos cada día, porque nos gusta nuestro trabajo y, sobre todo, creemos en el servicio público que estamos dando. Un servicio al que ningún país que quiera crecer debería renunciar.

Barcelona, 13 de septiembre de 2012