La Federación de Sindicatos de Periodistas (FeSP) saluda con agrado la «carta de buenas prácticas» que los directores de El Mundo, El País, ABC, La Razón, Público, La Vanguardia i El Periódico de Catalunya han firmado con motivo del Día de la Libertad de Expresión, junto a la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) y el Colegio de Periodistas de Cataluña (CPC). En ella muestran su justificada preocupación por las «crecientes dificultades» que para el ejercicio del periodismo provocan «personajes públicos, de la política y de otros ámbitos» que «deterioran la calidad de la democracia y perjudican a los ciudadanos, que no reciben una información satisfactoria y suficiente.»

La FeSP entiende que esta preocupación de las empresas también debe reflejarse de inmediato en garantías para la independencia y la libertad profesional de los periodistas dentro de sus empresas. Para que eso sea posible, debe ser inmediata la supresión de las trabas que ponen para constituir consejos de redacción y estatutos profesionales, que son herramientas imprescindibles para garantizar esa «información satisfactoria y suficiente.» La FeSP también celebraría que los editores se adhirieran con idéntico entusiasmo a las «buenas prácticas contractuales» que las mismas asociaciones profesionales con las que ahora han firmado esa carta les reclamaron en diciembre último y que aún no han recibido respuesta alguna de parte de los editores. Desde la FeSP, que apoyó aquella iniciativa de APM y CPC, les recordamos ahora las malas prácticas que deberían suprimir de sus empresas para hacer creíble su manifestada preocupación por la salud de la información:

En primer lugar habría el abuso endémico de los estudiantes en prácticas en puestos de trabajo estructurales. En segundo lugar, la permanente utilización de muchos periodistas como plantillas encubiertas, sin firmar con ellos ningún tipo de contrato. En tercer lugar, las presiones sobre los periodistas para que la información responda a los intereses del medio. En cuarto lugar, la vulneración de los derechos de los trabajadores mediante la extorsión a los periodistas a la pieza, obligándoles a darse de alta como autónomos cuando son trabajadores por cuenta ajena. En quinto lugar, la exigencia, mediante abuso de poder, de la cesión de los derechos de autoría a los redactores y los fotógrafos. Finalmente, el bloqueo de las negociaciones del Convenio Colectivo de la Prensa Diaria y que lo acepten como un convenio de mínimos para todos los trabajadores de prensa.

En el mismo día en que esos directores de periódicos reclamaban «buenas prácticas» a los políticos, la APM recordaba, con buen criterio, que la precariedad laboral y la inseguridad profesional «van directamente contra la profesionalidad, la independencia y la calidad de la información y la opinión y conducen al descrédito de los medios ante los ciudadanos.» Por eso , la FeSP pide a todos «que mantengan actitudes responsables y consecuentes con los documentos que firman.»