Nuevamente una consulta política no electoral, como la del referéndum europeo, no ha servido para ir eliminando los elementos de injerencia de la Junta Electoral Central (JEC) y de los partidos políticos en la información de los medios públicos audiovisuales. Si en las últimas consultas se fue abriendo paso una flexibilización de los denominados bloques electorales en la línea de eliminar los cortinas de entrada y de salida, el tiempo estricto en proporción a los últimos resultados electorales minutado en cada informativo, o el orden imperativo de mayor a menor, y esto tanto en la CCRTV como en RTVE, la JEC ha vuelto a cortar de cuajo las expectativas de reforma, ordenando el formato altamente cuestionable que identifica respeto del pluralismo con proporcionalidad estricta de los últimos resultados electorales. Y así, si ya la nueva propuesta reformada del consejo de administración de la CCRTV había comportado nuevamente una huelga de firmas y de aparición en pantalla de los cronistas de campaña, más tres días de huelga de firmas en toda la redacción de TV3, a la que se han añadido profesionales de otras empresas, como RNE, la nueva bofetada de la JEC, que actuó a instancias de un partido político que había propuesto las reformas en el consejo, no ha hecho sino reforzar el rechazo de los profesionales a tanta imposición arbitraria que interfiere radicalmente su tarea.
Por esto, porque ya hace demasiados años que esta situación se perpetúa, sería hora de ir pensando en atacar el mal de cuajo, y plantear si es legal y constitucional que la JEC interfiera el derecho fundamental a la información como si se tratara de los espacios gratuitos de propaganda electoral, que sí son competencia suya. Se acabaría así con el gran equívoco, producto de hábitos de la transición política, y a los que los partidos políticos se acogen por comodidad y para mirar de compensar lo que por otro lado no aciertan a resolver: el gubernamentalismo de la radiotelevisión pública, que se puede ir consiguiendo si se aprueban las reformas legales lo suficiente estudiadas y alabadas, pero que tanto cuesta hacer efectivas.