La agencia que dirigen Paloma García Pelayo y Ángela Portero no acepta la relación laboral de la joven fallecida en un acto de trabajo para esa empresa
El día 20 de enero se ha cumplido el primer aniversario de la muerte de la periodista Ana Belén García González, fallecida en accidente de tráfico cuando se trasladaba desde Sevilla, en compañía de una reportera gráfica de la agencia KORPA para la que ambas trabajaban pese a no contar con contrato laboral, a cubrir en Villafranca (Córdoba) el acto de inauguración de un tramo del gaseoducto Huelva-Madrid, presidido por los Príncipes de Asturias.
El aniversario de la muerte de la periodista se produce a un mes del inicio del juicio, previsto para el 20 de febrero, por la demanda interpuesta por la familia en la que exige el reconocimiento de la relación laboral que Ana Belén García González mantenía con la agencia KORPA, dedicada fundamentalmente a los temas del «corazón» y propiedad de las también periodistas Paloma García Pelayo y Ángela Portero.
La familia denuncia que la muerte se produjo como consecuencia de un accidente de trabajo, en el que KORPA incumplió con sus obligaciones y responsabilidades, no sólo en materia de contratación laboral, sino también sobre seguridad y salud laboral, como la evaluación de riesgos, la redacción de un plan de prevención y seguridad y la aplicación de medidas efectivas que garanticen la seguridad de los trabajadores.
Tal y como señala la demanda, el trabajo de Ana Belén García González tiene las características distintivas de cualquier trabajo por cuenta ajena, dándose en su caso la sumisión y dependencia de la empresa, el establecimiento de horarios y jornada de trabajo y su incardinación en el círculo rector y organizativo de KORPA. En ese sentido, la empresa facilita los medios, dispone el centro de trabajo y las infraestructuras necesarias para la tarea. De hecho, el vehículo en el que se desplazaba la fallecida fue facilitado por la empresa. Además, es KORPA la que vende y comercializa el producto obtenido, mientras que la redactora cobraba un salario fijo establecido por la propia empresa, independientemente del precio que tuviera el material en el mercado del “corazón”.
Frente a la demanda de la familia, formalizada por los servicios jurídicos del Sindicato de Periodistas de Andalucía (SPA) y a la que se ha sumado como coadyuvante la Federación de Sindicatos de Periodistas (FeSP), los responsables de la agencia KORPA mantienen su negativa al reconocimiento de la relación laboral que mantenían con Ana Belén García González, aunque desde entonces hayan regularizado la situación laboral de todos los informadores que les facilitan información.
El SPA y la FeSP consideran que este luctuoso suceso es el paradigma de la precariedad que afecta a más del 30% de la profesión periodística, que trabaja en condiciones similares a las de Ana Belén García. Asimismo, reclaman a la agencia Korpa y a sus responsables que asuman sus responsabilidades como empleadores.
19 de enero de 2006