Hace ya un año de las elecciones catalanas, a las que los partidos que ahora integran el Gobierno de la Generalitat se presentaron con programas que incluyen la reforma democrática de los sistemas de gestión y control de los medios públicos de Catalunya, y en primer lugar los de la Corporació Catalana de Ràdio i Televisió (CCRTV), para garantizar su independencia del poder político. Los partidos que ahora están en la oposición, que en aquel momento ejercía un control directo sobre la CCRTV y sobre RTVE respectivamente -a causa del sistema de nombramiento de los directores generales, reservado a los gobiernos- no se comprometieron a ninguna reforma que fuera en aquella línea.

Hoy seguimos sin una nueva Ley de la CCRTV que actualice sus objetivos y la misión de servicio público, que garantiza una financiación en consonancia con aquellos objetivos, a través de un contrato-programa que aporte estabilidad, y que garantice la independencia y la profesionalidad del director general a través de mecanismos de consenso o de mayoría cualificada en el ámbito parlamentario, del consejo de administración o a través del CAC. En cambio, hemos tenido disputas sobre este cargo entre los socios del propio Gobierno, una situación en que la independencia de los directivos no está blindada y un cambio copernicano de los partidos de la oposición, que sin cuestionar el modelo que aún no han denunciado, se quejan de lo que antes impedían que sucediera, cuando ellos controlaban estos medios.

La situación actual, con el tema de la deuda y de la financiación de la CCRTV en primer plano, es de una gran fragilidad, porqué el nuevo contrato-programa requiere un consenso sobre la función social de los medios de la Generalitat que el país necesita. Y un nuevo consejo de administración que no sea una mera reproducción del mapa parlamentario sin otros criterios, ni un campo de confrontación política, y que ejerza realmente de órgano de impulso y control de la Corporación. Objetivos todos ellos que requieren una nueva ley.

A punto de cumplirse cinco años del debate parlamentario sobre el audiovisual, que abrió la vía a una reforma democrática de los medios públicos en toda España, y apelando al papel de vanguardia que Catalunya ha ejercido en este terreno, exigimos de los partidos comprometidos con las propuestas de cambio hacia un nuevo modelo de medios públicos, no gubernamentales y no partidistas, que aborden con urgencia la elaboración de una nueva Ley de la CCRTV, que haga de TV3 y de Catalunya Ràdio medios de referencia con los que se sientan identificados todos los catalanes. Y a los partidos de la oposición, que aún no se han pronunciado públicamente sobre una reforma que no sólo beneficiaría a la sociedad sino a ellos mismos, que se apunten a este objetivo de unos medios públicos independientes y profesionales, de manera que dejen de ser un terreno de polémica partidista que sólo puede derivar hacia su descrédito y su deslegitimación.

Barcelona, 19 de noviembre del 2004