Finalmente ya hay fecha para la aprobación en plenario del Parlamento de la nueva Ley de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA). A falta de datos más concretos, el Sindicat de Periodistes de Catalunya no puede hacer nada más que congratularse que se divise el final del túnel que ha tardado dos legislaturas en ser recorrido.

En una primera valoración, aplaudimos que se hayan mantenido las funciones del Consejo Audiovisual de Catalunya (CAC) para evaluar los integrantes del Consejo de Gobierno (antiguo consejo de administración), sobre el cual recaerán la mayoría de competencias que hasta ahora detentaba el director general, que además nombraba el gobierno. La intervención del CAC garantiza que habrá criterios más profesionales en estos nombramientos, que son de designación parlamentaria.

Debemos lamentar pero, si se confirma, que se haya cedido a las presiones de CIU para volver a constituir un consejo de 12 miembros, en la medida que puede perpetuar el sistema de cuotas políticas que hasta ahora ha convertido los consejos de administración en correa de transmisión de los partidos y en una clase de copia de la Comisión de Control parlamentaria.

También estamos a la espera de confirmar cual será la representación de los trabajadores en el Consejo Asesor de Contenidos y Programación, que originariamente debía recaer en los sindicatos más representativos de la Corporación y en los Comités Profesionales. Su presencia en el Consejo de Gobierno, como lo están los sindicatos en el Consejo de Administración de RTVE, se había descartado justamente porque no se quería un consejo de doce, argumento este que ahora queda desvirtuado.

En cualquier caso, pensamos que la nueva Ley, cuya esencia creemos que se ha mantenido, creará un escenario mejor y más establo para la independencia empresarial y profesional de la todavía CCRTV, hasta ahora sometida a crónicas situaciones interinas que no ayudaban a dibujar el gran proyecto de servicio público que deben prestar a la sociedad catalana las empresas de la Corporación.

Barcelona, 29 de junio de 2007