Diversas empresas del Grupo Godó, como por ejemplo VANG-3, y La Vanguardia Publicaciones, que editan La Revista dels Supers, Barça y Què Fem, entre muchas de otros, para regularizar la situación ilegal en qué se encuentran sus trabajadores, los están obligando a firmar contratos mercantiles donde les recortan tanto sus derechos laborales como los de autor.

Las presiones que se están ejerciendo sobre estos trabajadores son múltiples, hasta el punto que se les amenaza con despedirlos si no aceptan unos contratos donde no tienen derechos, sino sólo obligaciones.

Para hacerse una mínima idea de aquello que pretenden estas empresas -algunas de ellas participadas por la Corporación Catalana de Ràdio i Televisió-, lo mejor es reproducir textualmente algunos puntos de los contratos:

  • La vigencia del contrato es por un mes, y se entenderá tácitamente renovado por idénticos periodos mientras ninguna de las dos partes avise a la otra con antelación de 7 días.
  • Se cede el derecho de explotación de las fotografías con carácter exclusivo y sin limitación de ninguna clase tanto por la actividad editorial de la empresa como en cuanto a su comercialización, venta o cesión en favor de cualesquiera otros medios de comunicación escritos con lo que dicha editorial pueda establecer relaciones comerciales sea cual sea su soporte, entre ellos y sin carácter limitativo, en soporte papel magnético ya sea en CD-Rom o disquete.
  • En el caso de que el reportaje haya sido encargado por La Vanguardia Publicaciones, S.L. los negativos permanecerán en poder y propiedad de la misma.
  • El precio de la foto será de 2600 pesetas por la prestación de servicios y los derechos de explotación exclusivos.
  • No podrá exigir el ejercicio del derecho establecido en el artículo 14,2 de la Ley de Propiedad Intelectual respecto en divulgar sus fotografías bajo seudónimo o signo o anónimamente.

¿Se puede hacer algún comentario a este tipo de contratos?
¿Estamos volviendo al siglo XIX?

Col lectiu de Fotògrafs de Catalunya
Barcelona, 14 mayo 1999