El Gobierno rompe unilateralmente la práctica habitual de los informadores de consensuarlas en algunas ruedas de prensa y les obliga a apuntarse en una lista para que Rajoy decida a quién da la palabra

El tradicional recelo del presidente del Gobierno hacia los periodistas, que le ha llevado en ocasiones a estar durante más de un mes sin comparecer ante ellos, ha dado un grave paso adelante: en Moncloa han decidido que, en las ruedas de prensa en las que Mariano Rajoy comparezca con algún mandatario extranjero, los periodistas tendrán que apuntarse previamente en una lista si quieren preguntarle y será él quien decida a qué informador da la palabra.

En esas ruedas de prensa se plantean solamente dos preguntas al presidente español y otras dos al jefe de Estado o mandatario extranjero. Al ser tan pocas, hace más de una década que los periodistas se ponen previamente de acuerdo sobre quién va a plantearlas y de qué temas, como se hace en otros países.

El jueves 12 de diciembre, antes de una rueda de prensa de Rajoy y el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, la secretaria de Estado de Comunicación, Carmen Martínez de Castro, comunicó a los periodistas que Moncloa rompe unilateralmente esa costumbre y, a partir de ahora, el Gobierno decidirá a qué periodistas de los que se han apuntado previamente da la palabra. Así lo hizo Rajoy a continuación y los periodistas comprobaron que el presidente señaló a un periodista para que le preguntara y le respondió mirando un papel que tenía en la mano, con lo que tuvieron la sensación de que leía la respuesta que llevaba preparada.

De esta manera, Moncloa puede evitar, por ejemplo, que el periodista de un medio que haya publicado ese día informaciones críticas contra el Gobierno le pregunte sobre ellas, como ocurrió en julio pasado en pleno escándalo del caso Bárcenas. Es un ejemplo bien claro de falta de transparencia que contradice las afirmaciones del presidente y otros miembros del Ejecutivo cuando se refieren a la polémica e incompleta Ley de Transparancia que tramita el Parlamento.

La Federación de Sindicatos de Periodistas (FeSP) rechaza estas prácticas de control de los informadores, que son contrarias a la libertad de información y no son propias de un sistema democrático. El afán del Gobierno por controlar los medios de comunicación, como se está viendo en RTVE, se extiende también a los privados, lo que demuestra en ambos casos una total falta de respeto a los medios públicos y privados y, en definitiva, a la ciudadanía que es la propietaria del derecho constitucional a la información.

La FeSP hace un llamamiento al Gobierno para que rectifique esa decisión y a los informadores para que continúen mostrando su protesta en esas ruedas de prensa, como hicieron el jueves al levantar todos la mano de manera unánime para pedir la palabra, o negándose a acudir a las convocatorias de comparecencias del presidente sin preguntas.

13 de diciembre de 2013