La marginación de la mayoría de medios de comunicación en la asistencia a una cena con la flor y nata del empresariado catalán, organizado por el candidato a la presidencia de la Generalitat por el PSC, Pasqual Maragall, más allá de una limitación al derecho de la información -que lo es- es preciso calificarla como un error político de considerables dimensiones. Un candidato a la presidencia de la Generalitat tiene todo el derecho a organizar las cenas que le parezcan oportunas e invitar a las personas que considere más adecuadas. Pero el hecho de querer dotar el acto de una determinada dimensión pública, que todo el mundo sepa que esta cena ha tenido lugar y quién hay asistido, le hace perder su posible catalogación de privado. Por lo tanto, impedir la entrada a cualquier medio, sobre todo los que el candidato y su equipo de campaña consideran como hostiles, es preciso considerarlo como un hecho inaceptable.
No ha sido el Avui la única víctima de esta desacertada política de comunicación que los organizadores del acto han provocado, sino que también lo son el conjunto de los medios de información. El Sindicato de Periodistas de Catalunya (SPC) confía que esta no sea la política de comunicación que el candidato piensa impulsar en el supuesto de que las urnas le otorguen la confianza ciudadana de gobernar Catalunya. El SPC lamenta que en esta ocasión se haya vulnerado el derecho a la información de los ciudadanos y exige que episodios como este no se vuelvan en repetir. Actos como este, de fuerte contenido político, exigen que la convocatoria esté abierta a todos los medios para que envíen a los profesionales que consideren oportunos y no un cubrimiento informativo a la carta, a elección por parte de la entidad convocando.
Barcelona, 8 de julio de 1999