Hace siete años, José Vidal-Beneyto advirtió a la afiliación del Sindicato de Periodistas de Madrid de “la escasa pluralidad de la información que se distribuye a los ciudadanos, debido a que ésta se trata como mercancía, a la concentración de la propiedad de los medios y a los estereotipos dominantes”.

Siete años después el mal se ha extendido y Vidal-Beneyto ya no podrá aconsejarnos sobre la perentoria necesidad de enfrentarlo.

Su conferencia como invitado especial en la sesión inaugural del primer congreso ordinario del SPM fue deslumbrante, amena y convincente. No leyó ni una palabra de su intervención, que adornó con divertidas anécdotas, y cubrió con excelencia las expectativas que teníamos cuando le invitamos. Escribimos entonces que “su prestigio intelectual y coherencia democrática agrandarán nuestra cita en el Ateneo” cuando distribuimos entre la afiliación el programa del congreso.

Aquel 25 de enero de 2003 en el Ateneo de Madrid nos dijo que “sólo la información democrática es información” y hoy seguimos teniéndolo como una referencia. Su fotografía delante del lema del congreso “Por la dignidad de la profesión” nos enorgullece. El título que escogió para hablarnos El periodismo en tiempos de oligopolios globalizados se ajustaba perfectamente a su altura intelectual que divulgaba con una facilidad asombrosa.

Tiempo después quisimos volver a contar con él, pero su estado de salud nos disuadió. Todavía quedaban los artículos que El País ha venido publicándole, en la última etapa y desafortunadamente, cada vez más espaciados, desde su incorrección política de izquierda y su mirada altermundista.

Hace siete años me correspondió presentarle en nuestro Luz y Taquígrafos previo al congreso. A los compañeros más jóvenes les recordaba que a muchos de nosotros el apellido Vidal-Beneyto nos llegó asociado al diminutivo Pepín en los años finales de la dictadura franquista, tiempos de clandestinidad, torturas individuales, apaleamientos colectivos y muertes por pintar “libertad” en una pared o gritar “amnistía” en la calle.

Tiempos de Junta Democrática (liderada por el PCE), a la que pertenecía Pepín, de Plataforma Democrática (encabezada por el PSOE) y de Platajunta final para afrontar la Transición. Aquellas preocupaciones fue decantándolas más y más hacia la comunicación.

De La ventana global (2002), bajo dirección de Vidal-Beneyto, elegí su pretensión de refundar el mundo de la comunicación que veía convertido en una caricatura de sus grandes funciones de informar, divertir y educar, y en un ejercicio de manipulación y de medrosa autocensura

Meses después de la publicación del libro, en el primer congreso ordinario del SPM, nos instó a defender nuestra autonomía personal y laboral frente a la presión de los intereses de los grandes grupos mediáticos. Desde entonces, no ha hecho más que llover torrencialmente. Nos queda el paraguas de José Vidal-Beneyto.

Antonio Peiró – SPM