El Sindicat de Periodistes de Catalunya apoya al fotógrafo Albert García, afiliado a este sindicato y que esta semana será juzgado acusado de coacciones, amenazas y daños supuestamente cometidos el año 2004 con ocasión de una concentración de apoyo a una casa ocupada en el barrio de Sants, de Barcelona. La realidad es que Albert estaba en el lugar de los hechos con motivo de su tarea profesional, y para el Sindicat de Periodistes la actitud de los cuerpos de seguridad, la Policía Nacional en aquella ocasión, constituye un flagrante ataque a la libertad de información.
Al mismo tiempo, que Albert fuera detenido por el simple hecho que su huella digital estuviera en una octavilla encontrada en el lugar, nos parece un peligrosísimo precedente. ¿Significa esto que a partir de ahora, los profesionales de la información que cubran a acontecimientos delicados deben de abstenerse de recoger octavillas del suelo? ¿Volveremos a los tiempos de la propaganda ilegal? La detención de una persona por el mero hecho de haber tenido octavillas en sus manos nos retrotrae en el tiempo hacia épocas que están completamente superadas y los cuerpos de seguridad harían bien en no crear dudas en este aspecto.
Sin entrar a valorar el papel y los métodos de los distintos movimientos sociales, el SPC detecta una creciente tendencia a la criminalización de algunos de estos movimientos desde determinados sectores políticos y económicos, con la colaboración de ciertos medios de comunicación. En este sentido, nos parece que el hecho de querer desacreditar a un profesional que cubre este tipo de acontecimientos forma parte de esta dinámica. En consecuencia, el SPC reclama que sean retiradas las acusaciones contra Albert y, si no es así, pide una sentencia absolutoria porque, de lo contrario, quien saldrá perdiendo es el derecho de la ciudadanía a recibir una información veraz, plural y de calidad, tal y como señala el artículo 20 de la Constitución y el 52 del Estatuto de Catalunya.
Absolución para Albert Garcia
Barcelona, 9 de julio de 2007