L’ejecutiva del SPIB ha decidido, por unanimidad, trasladar a la Fiscalía toda la información de qué dispone en relación a una presunta manipulación en la medida de las audiencias televisivas en las Islas Baleares. Tal y como ya informó el sindicato, un grupo de periodistas tuvo constancia que tres personas vinculadas a IB3 tenían instalados en su casa un audímetro de SOFRES. Esta empresa mide en exclusiva las audiencias en toda España. SOFRES debe constatar que las personas a quienes instala un audímetro no tienen relación ni directa, ni familiar ni de amistat con alguien relacionado con los medios de comunicación. Les hace firmar un contrato en este sentido.
Al publicar aquella nota, el SPIB era plenamente consciente de la repercusión que tendría y ha sido expectante a las reacciones que han surgido. Según publicó Diario de Mallorca, el Director General d’IB3 se echó a reir, pero a las 7 de la tarde de aquel mismo día convocaba a toda la dirección del ente a una reunión de urgencia . De aquel encuentro salían dos comunicados, uno para SOFRES pidiendo que investigara los hechos y otro destinada a este Sindicato, acusándolo «de absoluta falta de rigor». El SPIB se reafirma en todo lo publicado, con un rigor, por cierto, milimétrico. Por si parte, SOFRES anunciaba una investigación interna para aclarar las irregularidades de las que manifestó no tener todavía constancia. Mientras tanto Diario de Mallorca que siguió la historia, durante tres días, confirmaba uno de los nombres que también siguió manteniendo en el anonimato: una persona que había sido vinculada a IB3 tiene un audímetro de SOFRES en casa. Bien distinto a la de IB3, la reacción de TV de Mallorca, que en voz de su directora general, ha hablado de oscilaciones sospechosas en las mediciones de audiencia. De un día para otro, manifestó Marisa Goñi, sus cifras habían llegado a bajar un 600%. TV de Mallorca también se hizo eco de la noticia en sus informativos.
La ejecutiva del Sindicat de Periodistes entiende que la dirección de IB3 quiere vender este caso como una guerra entre las dos organizaciones. El SPIB se niega rotundamente a seguir este juego. Una guerra no serviría para llegar al fondo de la cuestión, que es lo que importa. El Sindicat de Periodistes da todo su apoyo a IB3, especialmente a sus trabajadores a quienes ha defendido, con palabras y también en los tribunales hace bien poco tiempo. Y lo seguirá haciendo. El SPIB da toda su apoyo a IB3, para que sea una televisión pública e independiente del poder político y las presiones empresariales que no tengan como principio hacer una televisión de servicio público.
Estos días, al SPIB también han llegado críticas sobre si el sindicato debería haber hecho pública esta historia. ¿Debe ser ésta la función del sindicato? En respuesta, el sindicato recuerda la magnitud de los hechos denunciados. Manipulando las audiencias en televisión, se toca uno de los pilares de la industria audiovisual, uno de sus dogmas de fe. En juego, perder o ganar mucho dinero (cantidades que la mayoría ni podríamos imaginar). Pero manipular las audiencias también pone en peligro lugares de trabajo. Si los audímetros dicen que un programa «no funciona», es decir, que no lo mira lo suficiente gente, el más común es eliminarlo de la parrilla. Si los datos no son fiables, productoras y trabajadores pueden perder injustamente su trabajo. Y esto, nadie negará, que sí que se competencia d’un Sindicato.
El SPIB también quiere hacer constar la sorpresa por algunos silencios, o mejor, la omisión total de muchos de medios de comunicación sobre este caso. Silencio incluso después de que la portavoz del Gobierno autonómico, Joana Barceló, pidió públicamente una investigación. El peligro de que este silencio se extienda ha sido uno de los motivos para que la ejecutiva haya decidido entregar toda la información que dispone a la Fiscalía. Pero no es el motivo más importante. Los ciudadanos de las Baleares, los anunciantes, las televisiones, en definitiva todo el mundo, tiene derecho a saber si se han hecho trampas. El SPIB entregará los nombres a la Fiscalía pero no los hará públicos, ni de los tres primeros ni tampoco de otros que ha conocido el sindicato en este periodo tan breve de tiempo.
Por último, el sindicato considera completamente improbable que al fin y al cabo sea una casualidad. Si no es casualidad, hay intención y premeditación. Posiblemente los nombres que sabemos no son los más importantes. Pero esto, ya lo dirá la justicia.
Palma de Mallorca, 22 de enero de 2009