El Diari de Girona, que pertenece a Prensa Ibérica SA, más conocido como grupo Moll, despidió a su director de fotografía, Jordi Ribot por la sencilla razón que es de los que más se quejaba en las asambleas de la situación laboral que se vive en el rotativo. Jornadas de once y doce horas casi sin tiempo para almorzar es una de las características principales de como se trabaja en el diario. En un comunicado, los redactores de Diario de Girona afirmaban que el rotativo «esgrime últimamente la bandera de la honestidad, el interés de destapar todas las corruptelas de la sociedad «gironina» pero no soporta que sus trabajadores puedan hacer lo mismo en la misma empresa».
El despido de Ribot movió a una buena parte de los profesionales gerundenses que celebraron una asamblea en la sede del Colegio de Periodistas, de las más nutridas que se han hecho en la ciudad, donde se discutió la situación laboral en las comarcas gerundenses, especialmente la de los fotógrafos. El abuso que continúa haciendo El Punt, obligando a los redactores de todas sus ediciones a hacer fotos, continúa siendo uno de las temas que levanta más ampollas. De esta asamblea salió un manifiesto que reproducimos en esta misma página y que tenía el objetivo, a la vez que intentar que los periodistas tomasen conciencia de su situación, dar a conocer al conjunto de la sociedad gerundense las precarias condiciones en qué trabajan los profesionales de la información.
La asamblea de fotógrafos decidió dinamizar el sector en las comarcas gerundenses, por lo que se escogió una comisión para impulsar los trabajos. Diferentes circunstancias profesionales de los miembros de esta comisión han atrasado un poco el trabajo, pero el despido de Ribot ha sido para muchos la gota que ha colmado el vaso de la paciencia.