Ayer, durante los incidentes violentos en Barcelona y otras ciudades, los profesionales de la información volvieron a ser víctimas de agresiones e insultos por parte tanto de miembros de los Mossos d’Esquadra como de grupos de manifestantes, que de esta manera han obstaculizado su trabajo y en definitiva el derecho a la información de la ciudadanía.

Son numerosos los casos ocurridos, y entre ellos destacan el impacto de pelota de goma en las costillas de un reportero de TV3, el robo y quema de una parte de una mochila móvil de BTV por parte de unos pocos manifestantes, la agresión de Mossos d’Esquadra contra informadores gráficos en Sabadell, que se denuncia en Vilaweb; y tiros de pelotas de goma también contra fotoperiodistas en Barcelona. También hubo golpes en las piernas contra otro reportero de TV3 por parte de grupos de manifestantes (que eran recriminados por otros), y pintadas con spray en el objetivo de la cámara de televisión y en los cristales y retrovisores de su vehículo, acompañados de los habituales insultos y amenazas contra los profesionales, a quien se impedía que pudieran grabar. También resultaron afectados varios informadores por el lanzamiento de gases lacrimógenos, contra los cuales no estaban preparados y que les obligaron a tener que marchar de los lugares de los hechos.

Si condenables son todos los actos violentos contra personas, manifestantes o policías, y contra bienes y mobiliario urbano, también lo es la violencia o la intimidación a los trabajadores de la información, que se juegan el físico para garantizar el derecho constitucional que tiene la ciudadanía a ser informada. Y reclamamos especialmente de la policía el respeto estricto a este derecho, que forma parte de la convivencia democrática.

A la vez, y con motivo de los disturbios de Barcelona, alertamos contra las más que probables nuevas peticiones imperativas de las autoridades policiales a los medios de comunicación audiovisuales para que los cedan imágenes en bruto, no emitidas, tomadas durante los hechos. Y recordemos que sólo ante un mandato judicial los medios pueden considerar la oportunidad de entregarlas. Porque los medios y sus profesionales son informadores, no confidentes. Si se confunden los papeles, se alimentan las actitudes violentas contra los trabajadores cuando estén en la calle haciendo su trabajo.

Barcelona, 30 de marzo de 2012