Este año promete ser clave para la orientación de la CCRTV y sus empresas filiales. En primer lugar, y ya en ponencia parlamentaria, hay la propuesta de reforma de la Ley de creación de 1983, que permite el control político del ente y que no sirve de cara a los cambios y retos tecnológicos de los nuevos tiempos. Hay un proyecto del Gobierno, que ha tardado más de un año en presentarse, y la incógnita de cuál será la posición de CiU y el PP, partidos que no han presentado aún un modelo elaborado de la misión de servicio público de comunicación ni se han definido sobre la independencia de los medios públicos respecto de los poderes políticos.

La definición de servicio público es la que debe inspirar el contrato-programa 2006-2009, que debe garantizar la estabilidad financiera de la Corporació en función de unos objetivos claros derivados de la misión encomendada por la nueva ley, que incluye un mandato-marco que concrete esta misión. De momento, Joan Majó ha conseguido más financiación para el 2005 (a cambio de medidas estéticas de ajuste de cara a la superioridad), y éste es el estilo que parece que quiere continuar en las negociaciones de convenio que ahora hay en tres de las empresas de la CCRTV: TV3, Catalunya Radio y TVC Multimedia.

Esta actitud de rigor empresarial del director general se traduce en propuestas regresivas para el convenio de TV3 (que se valora como «demasiado bueno» y «poco competitivo» -claro- con el mundo salvaje del audiovisual privado desregulado) que atacan conquistas históricas de los trabajadores de esta empresa, como es acabar con las franjas horarias (que permiten horarios racionales y una mayor conciliación con la vida familiar), rebajar pluses por circunstancias excepcionales, mantener fuera de convenio la mayoría de responsabilitades de Informativos, continuar con corresponsales precarios en situación de falsos colaboradores, y oponerse a acotar la tarea de los estudiantes en prácticas para evitar que ocupen puestos de trabajo estructurales.

Y también se refleja en la negativa frontal a tratar la demanda de equiparación salarial de los trabajadores de Catalunya Ràdio con los de TV3, que se da en casi todas las radiotelevisiones autonómicas y en RTVE. Reivindicación que el comité de CR está dispuesto a hacer gradual y diferida en el tiempo, pero que choca con una negativa que parece ignorar los años de frustración de los trabajadores de la radio que, como los de la televisión, se encuentran con las plataformas patronales de siempre encarnadas con la representación empresarial de siempre.

La misma que deben afrontar los compañeros de TVC Multimedia, empresa en proceso de redefinición y que se rige aún por el convenio de Oficinas y Despachos, en base a criterios de autofinanciación y en la que desde la dirección se dice que no hace una función de servicio público y que si se reclaman demasiadas mejoras salariales se puede poner en cuestión su viabilidad. Pero como hay el precedente de la CCRTV-Interactiva, que consiguió un pacto de adhesión al convenio de TVC en los apartados sociales, éste es el camino que defiende la representación de los trabajadores de esta empresa, que, entre otras actividades, elabora y vende producciones de meteorología. Como se puede ver, y a pesar del cambio político, los temas de siempre, con la conflictividad de siempre, quizás agravada, si no cambian algunas actitudes.