El 1 y el 3 de mayo de Prensa en el Mundo respectivamente) de este año son especiales para la profesión periodística y los trabajadores de la comunicación. Si desde siempre sus condiciones laborales han ido ligadas a las profesionales, de manera que cuando se debe luchar por unas debe hacerse igualmente por las otras, ahora hay que destacar las dos metas conseguidas por los informadores después de años de lucha por sus derechos.
Por una parte, está pendiente de discusión en el Congreso de los Diputados el proyecto de Estatuto del Periodista Profesional, presentado por Izquierda Verde (IU-ICV), que traslada la propuesta del FOP (la plataforma unitaria de sindicatos generalistas y profesionales, y de colegios de periodistas) de regular por ley estos derechos. Una regulación necesaria frente a los intereses económicos que consideran que la información es una mercancía y que se niegan a garantizar por ley los comités de redacción o la creación de un Consejo de la Información que vigile el cumplimiento del código deontológico de la profesión, para garantizar así el derecho constitucional de la ciudadanía a la información, que es un pilar básico de una opinión pública bien formada y, en suma, de una sociedad democrática. Y una ley que debe ser completada con una reglamentación mínima de las condiciones laborales de los periodistas, especialmente de los que trabajan a la pieza, que constituyen una gran parte de la profesión.
Por otra parte, y después de un combate de años, éste debe ser el año de la reforma democrática de las leyes que rigen los medios públicos de comunicación, en España y en Catalunya, y empezando por RTVE, EFE y la CCRTV. Una reforma dirigida, como la anterior, a garantizar el derecho a una información veraz, rigurosa y plural, y en este caso independizada del control político de los gobiernos de turno, de manera que como su nombre indica estén al servicio de la sociedad y garanticen desde el sector público aquellos principios y valores que no aseguran los medios privados, preocupados sólo por la audiencia.
Por esto, en este Primero de Mayo y en el Día Mundial de la Libertad de Prensa, nos solidarizamos con las reivindicaciones de todos los trabajadores, y también destacamos la necesidad de estabilidad laboral y profesional para poder garantizar una información libre, no mediatizada por los intereses económicos y políticos, que es un derecho fundamental contemplado en la Constitución.
Barcelona, 1-3 de mayo de 2005