El colectivo de fotógrafos de prensa de Catalunya quiere denunciar la continua presión que están ejerciendo las empresas periodísticas sobre los trabajadores que no están regularizados (tanto redactores como fotógrafos) para que firmen contratos laborales o mercantiles absolutamente leoninos, con el fin de cubrirse las espaldas y aparentar legalidad.
Estos contratos violan sistemáticamente los derechos de autor además de imponer condiciones laborales de máxima explotación.
Es inadmisible que las empresas no hagan caso de las leyes vigentes y amenacen a sus trabajadores con el despido si hacen públicas estas irregularidades.
Estos contratos carecen de la bilateralidad que se establece en el Código Civil para cualquier tipo de contrato y que establece que el su cumplimiento no puede exigirse sólo a una de las partes y reportar beneficios sólo a la otra.
Es preciso remarcar el caso de los contratos que intenta imponer La Vanguardia Publicaciones, SL, que en el referente a los contratos laborales propuestos a algunos redactores, además de ser totalmente precarios, se obliga al trabajador a pagar de su propio bolsillo la parte de la Seguridad Social que corresponde a la empresa. En el caso de los contratos mercantiles, que una vez más tienen como destinatarios a los fotógrafos, se ofrece una tarifa de 3.500 pesetas a los fotógrafos y una de 2.500, en las mismas condiciones a la fotógrafa, evidente discriminación por razón de sexo, pero en cualquier caso una cantidad inadmisible para alguien que tiene que comprar y mantener un carísimo equipo de fotografía y pagarse además su seguridad social.
Además, se pretende con este contrato obligar a la renuncia a derechos inalienables recogidos en la Ley de Propiedad Intelectual (LPI); la renuncia a la propiedad de los negativos para poder utilizarlos en otras publicaciones sin ninguna contraprestación para el fotógrafo, cuando según la LPI el fotógrafo bajo ningún concepto deja de ser el propietario de sus negativos. También pretenden manipular y difundir las imágenes a su conveniencia, un hecho que viola los artículos 14.4 y 14.2 de la misma Ley en lo referente a la firma y a los pseudónimos.
Por todo ello apelamos a las empresas a que reconsideren su actitud y nos solidaricemos con los compañeros afectados para que no se dejen presionar y se nieguen a firmar este tipo de contratos, ya que, a pesar de que entendemos que eso es difícil, tienen que tener en cuenta que hipotecan su futuro laboral y la dignidad de la profesión.
Barcelona, 13 mayo 1999