Los trabajadores no deben pagar las aventuras o incapacidades de sus directivos ni salvar a los accionistas de la crisis
En las últimas semanas, varias empresas del sector de la comunicación han anunciado el cierre de cabeceras, la presentación de Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) o brutales ajustes de personal. El pretexto para ello es una crisis económica que, aunque existe, no debe recaer sobre los trabajadores, porque no son en absoluto responsables de ella. En cambio, se pretende que en plena crisis los accionistas queden a resguardo y que las consecuencias afecten únicamente a las plantillas.
Las empresas son las únicas responsables de sus estrategias editoriales y comerciales, según la legislación; y los trabajadores no debemos pagar las aventuras e incapacidades de sus directivos. Para conseguir sus propósitos al menor coste, muchas empresas están amenazando con reducir sus plantillas, con el objetivo de implantar el temor en los medios de comunicación y conseguir que los trabajadores acepten las condiciones que pretenden imponer.
Ante esta actuación empresarial, la Federación de Sindicatos de Periodistas (FeSP) recomienda:
• No ceder al chantaje y no aceptar ninguna propuesta que no sea negociada por los comités de empresa o delegados de personal. Ahora más que nunca, la mejor defensa está en la unidad de los trabajadores y en el respaldo total a sus representantes.
• No aceptar ningún plan de despidos masivos con cifras concretas, sino exigir en todos los casos una explicación transparente del estado de cuentas de la empresa, tal y como prevé la ley, y el diseño de un plan de viabilidad.
• En caso de llegar a despidos, éstos se deben analizar y negociar uno a uno, con asesoramiento de los comités.
• No aceptar en ningún caso compensaciones por debajo de las que establece la ley.
• Exigir siempre, a efectos de indemnización, el reconocimiento de toda la antigüedad en la empresa, incluyendo el tiempo trabajado a la pieza (colaborador), si existiera.
Asimismo, la FeSP repudia que distintos medios de comunicación hayan publicado últimamente informes cruzados, en los que cada empresa se empeña en demostrar que els mitjans de la competencia están muy mal, y viceversa. Una vez más, algunos editores españoles provocan vergüenza ajena.
La ciudadanía debe ser consciente de que estas impúdicas maniobras para reducir las plantillas y atemorizar a los profesionales afectarán a la calidad de la información, lo que degradará aún más el derecho que tienen a recibirla de manera veraz y plural.
Desde la FeSP advertimos a la autoridad laboral de que la actual situación no puede servir de pretexto para hacer la vista gorda frente a las empresas que incumplen sus obligaciones laborales, sino que es el momento de intensificar al máximo las inspecciones de trabajo.
También recordamos al Gobierno y a los grupos parlamentarios que esta crisis no puede servir de cortina de humo para incumplir los compromisos asumidos con los periodistas. Por el contrario, demuestra que no deben demorar por más tiempo el debate y aprobación de unas leyes que regulen profesional y laboralmente la profesión periodística, con lo que se garantizará el derecho a la información que tiene la ciudadanía.
17 de noviembre de 2008