Ante la inminente destitución de la directora de TVC: una decisión con criterios políticos y no profesionales
37 años después de muerto el dictador, y 35 de las primeras elecciones democráticas España y Catalunya siguen siendo diferentes, los derechos democráticos distan mucho de los habituales en el resto de Europa. Somos una sociedad intervenida a nivel económico para la UE y a nivel político por los gobiernos español y catalán que se sienten propietarios de los ciudadanos y de su futuro sin rendir cuentas y con total opacidad en sus decisiones.
Aquí tenemos menos derechos, menos libertades, salarios más bajos, peores condiciones de trabajo (que aún quieren recortar más) y unos medios de comunicación públicos que una vez más los gobiernos intentan que sean simples propagandistas de sus intereses. Con ello, Rajoy y Mas por el mismo camino, uno en nombre de la nación española y el otro en nombre de la nación catalana, pero de la nación que se ajusta a los parámetros del PP y los de CiU.
Ahora una vez reformada la ley de la CCMA gracias a un pacto PP+CiU, y designado un nuevo Consejo de Gobierno nuevamente de cuotas políticas, pero con sólo las mayoritarias, de espaldas a la sociedad y a la realidad profesional de los medios de la Corporación , impondrá un nuevo director de TV3, que satisfará los intereses y deseos de CiU y PP, pero que no se explica cuando el modelo de servicio público funciona y lidera la audiencia. De manera que se rompe la garantía de no hacer coincidir la renovación de cargos con las legislaturas, para salvaguardar la independencia.
El nombramiento de Ramon Rovira está decidido hace tiempo, es un acuerdo CiU+PP que quieren que también bendice el PSC. Se hará oficial probablemente esta semana, una vez Rovira ha asegurado el retorno al Banco de Sabadell, con las mismas condiciones, si hay dificultades en adelgazar TV3 en beneficio del Grupo Godó y Antena 3.
Una operación también pactada entre CiU+PP que quiere reducir el papel de TV3 como televisión de referencia, así como la plantilla, para beneficiar a cambio las productoras de la órbita convergente y popular.
En las democracias «normales» los altos cargos profesionales, se eligen por evaluación de currículum y conocimientos, por concurso, o por oposición, y al menos se decide entre una terna de candidatos y no con la opacidad a que aquí nos tienen acostumbrados.
Queremos ser plenamente europeos también en medios públicos, no queremos volver a una televisión gubernamental y partidista.
Barcelona, 15 de abril de 2012