Los trabajadores de El País preocupados por la situación laboral de los compañeros afectados por el ERE y por la calidad de la información.

Trabajadores de El País han ido hoy por diferentes quioscos de las ciudades donde el rotativo tiene redacción -Madrid, Barcelona, Bilbao, Santiago, Sevilla y Valencia- para entregar una carta a sus lectores en la que explican la situación del diario y la decisión de la empresa de presentar un ERE que afecta a 149 trabajadores. En Barcelona, los trabajadores de El País se han repartido por quioscos más céntricas de la ciudad entregando esta carta a quienes compraban un ejemplar del periódico en la que explican que no sólo les preocupa la situación de los trabajadores que se quedarán sin trabajo, sino también la calidad de la información: «difícilmente se podrá mantener la calidad y los valores fundacionales del diario: una información seria y rigurosa, basada en la defensa de los derechos humanos y la democracia».

“Estimado lector de EL PAÍS,

Los trabajadores de EL PAÍS nos vemos obligados a entregarle esta carta para explicarle el conflicto que estamos viviendo y los planes que tiene la empresa para este diario.

El presidente de Prisa, Juan Luis Cebrián, nos anunció el 5 de octubre su decisión de despedir a 149 trabajadores -un tercio de la plantilla-, indemnizándoles con el mínimo que establece la reforma laboral. Además, pretende rebajar un 15% el salario de los que se queden. Con esta drástica reducción, y sin modelo de diario futuro, difícilmente se pueden mantener la calidad y los valores fundacionales del diario: una información seria y rigurosa basada en la defensa de los derechos humanos y la democracia.

La empresa justifica los despidos en la disminución de ingresos, no en pérdidas. EL PAÍS ha tenido 1,8 millones de beneficios en los seis primeros meses de 2012. Cuando Cebrián nos anunció el ERE, los trabajadores propusimos asumir posibles pérdidas reduciendo nuestros salarios, siempre que la negociación se hiciera sin despidos encima de la mesa. Por tres veces le pedimos que no pusiese en marcha el ERE sin antes estudiar con el Comité de Empresa medidas alternativas. Y por tres veces rechazó esta posibilidad.

Al anunciarnos el ERE se nos dijo que tenemos una estructura de costes inviable, que hemos vivido demasiado bien y que somos viejos. Nos lo decía Cebrián, un señor de 68 años que cobró 13 millones de euros en 2011 (35.600 euros diarios). La dirección de Prisa trata de hacer creer a la opinión pública que el problema son nuestros sueldos, no los de los directivos. El coste medio de los 54 miembros de la dirección de EL PAÍS que están fuera del convenio colectivo es de 209.000 euros.

El salario de los trabajadores, muy inferior al de los directivos, es producto de más de 30 años generando beneficios (unos 800 millones desde el año 2000) y fruto de un marco de relaciones laborales que reconocía la contribución de la plantilla al periódico.

No solo nos preocupa que 149 trabajadores pierdan su empleo y vean quebrados sus proyectos profesionales y personales. También nos preocupa la pérdida de calidad de la información. ¿Qué diario llegará a los quioscos tras el despido de más de cien periodistas, entre ellos, algunos de los mejores de España? Además, los planes de la dirección implican la reducción al mínimo de la información realizada en las redacciones de Valencia, Galicia, País Vasco y Andalucía, con lo que EL PAÍS perderá las voces que, desde fuera de Madrid y Barcelona, contribuyen a la pluralidad y al contraste de opiniones.

Los trabajadores de EL PAÍS, jóvenes y veteranos, nos hemos sentido muy orgullosos de contribuir al éxito del periódico y no hemos escatimado esfuerzos ni compromiso más allá de las obligaciones contractuales, convencidos de que EL PAÍS es más que un mero negocio. Ahora nos responden con una lista de 149 despidos. Nosotros queremos seguir trabajando al servicio de los lectores y de los principios fundacionales que hicieron grande este periódico”.