Varios centenares de trabajadores de las radios y las televisiones públicas se manifestaron el pasado día 7 por el centro de Madrid en defensa de estos medios de comunicación, convocados por CCOO, UGT, FeSP, CGT y la intersindical de Valencia.

A la manifestación acudieron representantes de los comités de empresa y delegados sindicales de TVE, Telemadrid, Canal Nou, TV3, Canal Sur, Radiotelevisión de Castilla-La Mancha, Radiotelevisión de Castilla y León y Radiotelevisión de Aragón. Otras radios y televisiones públicas autonómicas que no pudieron enviar representantes de sus comités trasladaron mensajes de apoyo, entre ellas IB3 y Radiotelevisión de Galicia.

Durante el recorrido los manifestantes corearon gritos contra el Gobierno autonómico de Madrid que preside Ignacio González, del PP, en protesta por el ERE que ha costado el puesto de trabajo al 70% de la plantilla de la radiotelevisión autonómica madrileña. También gritaron contra los despidos en CanalNou, IB3 y otras radios y televisiones públicas. Se corearon consignas como «¿dónde está el dinero? Lo tiene el tesorero» (en referencia a Luis Bárcenas, del PP), entre otras.

En la Puerta del Sol, los periodistas Isabel Martínez Reverte y José Manuel Martín Medem, de RTVE, leyeron un manifiesto en defensa de las radiotelevisiones públicas. En él, los sindicatos afirman que la actual situación de crisis económica no puede servir de justificación para «entregar a grupos políticos y empresariales privados un servicio público de gran valor social, ya que si este servicio fundamental se privatiza, se pondrá en riesgo el derecho de la ciudadanía a una información pública, veraz y de calidad, recogido en la Constitución Española y se perderá la custodia del fondo y archivo audiovisual estatal y autonómico».

Agustí Yanel, miembro de la ejecutiva de la Federación de Sindicatos de Periodistas, afirmó al término de la manifestación que «si hubieran estado bien gestionadas no se habría llegado a la situación económicamente desastrosa de Canal Nou o de Telemadrid, pero eso no es culpa de los trabajadores, es culpa de los distintos gobiernos que han ido utilizando las distintas televisión públicas como instrumento partidista».