Uno de los grupos más damnificados por la crisis que afecta a los medios de comunicación es el de los colaboradores. Los fotoperiodistas forman parte de este colectivo, ya que cada vez son más los que trabajan fuera de la plantilla de las empresas. Este es el tema del artículo que Joan Puig escribe para preparar el debate de la IV Asamblea de Periodistas, que tendrá lugar el 16 de junio en el Centro Cívico Pati Llimona de Barcelona.

En los tiempos que corren, decir que tenemos la solución de los problemas que nos rodean tanto de tipo laboral como profesional es muy complicado. Además, posiblemente y debido a todo tipo de circunstancias, los fotoperiodistas nos hemos visto forzados a tener que hacer nuestro trabajo sin contratos o en plantillas encubiertas, es decir, en situación de fraude de ley a las empresas. Esto ha hecho que, debido a la crisis que sufre el sector de la información desde hace años, cada vez seamos menos los fotógrafos que estamos de alta en plantilla y, en cambio, más los que tenemos que trabajar a la pieza, es decir, como colaboradores.

El periodismo sufre en España desde la transición una desregulación en todos los ámbitos. Las organizaciones de periodistas en España, a través del Foro de Organizaciones de Periodistas (FOP) hemos hecho propuestas para corregir esta situación que han topado, por un lado, con los empresarios que se han opuesto de raíz y, por otro, con unos gobernantes absolutamente timoratos ante los propietarios de los medios -que quieren que siga imperando la ley de la selva- o, incluso, totalmente cómplices de esta situación.

En este marco es absolutamente imprescindible ya una Ley de los derechos laborales de los periodistas como primer paso en la regulación del sector. Si en muchos países de Europa está, ahora que estos países quieren dictar la norma de lo que tenemos que hacer los demás, podrían imponer también el fin de esta vergüenza prácticamente feudal. Además, esto, sólo serviría para hacer aflorar una gran parte de la economía sumergida que hay en el sector, lo que sería beneficioso para las finanzas públicas. Este proyecto está ahora totalmente empantanado y somos los periodistas los que lo debemos poner en la agenda de los políticos. Y como fotoperiodistas, lo más probable es que de esta reforma nuestro colectivo sería uno de los principales beneficiados.

Tenemos que buscar fórmulas -nuevas, sin lugar a dudas- para defendernos de los abusos de los editores y de las empresas de comunicación que no tienen el más mínimo respeto a los derechos laborales y profesionales de la gente que trabaja totalmente en precario. Ejemplos no nos faltan, como bajar la cantidad de trabajos que con la excusa de la crisis se encargan a los colaboradores o, también, rebajar -sin ningún tipo de negociación- el precio que se paga por cada trabajo en un porcentaje superior a la rebaja que se ha hecho a los trabajadores en plantilla en medios en los que se han planteado reducciones salariales. Otra modalidad es pisar sin escrúpulos los derechos de autoría, de no pagar el trabajo si no firmas un contrato de cesión de todos tus derechos sobre tus imágenes, incluida la cesión a terceros, bajo la amenaza de no cobrar tu trabajo, ya previamente publicado.

Por lo tanto, ya es hora de que como colectivo nos pongamos las pilas. Esta es una invitación a asistir a la IV Asamblea de Periodistas porque diez cabezas piensan más que cinco.