Gobierno y PP no promueven una ley que regule el periodismo, no hacen nada para frenar los despidos y permiten que los «colaboradores a la pieza» malvivan sin ninguna protección ni derechos.

El 1 de mayo, Día Internacional de los Trabajadores, y el 3 de mayo, Día Mundial de la Libertad de Prensa, se conmemoran este año en un momento en que los periodistas y todos los trabajadores de los medios de comunicación padecen la situación más grave vivida jamás en toda la democracia. Esto afecta directamente al derecho constitucional de la ciudadanía a recibir información veraz y plural.

La situación es muy grave: unos 12.000 despidos en los seis últimos años en el sector, cierre de varios centenares de medios de comunicación, eliminación por ley de derechos históricos de los trabajadores, incremento de las restricciones al derecho a informar de los fotoperiodistas en las manifestaciones y protestas ciudadanas, control y manipulación política de las televisiones públicas, no reconocimiento de los periodistas y fotoperiodistas como autores de la información, aumento de los colaboradores a la pieza con remuneraciones de miseria y sin ningún derecho laboral, despido de trabajadores de plantilla para que continúen realizando el mismo servicio pero como autónomos, utilización abusiva de becarios para que trabajen sin sueldo como periodistas profesionales.

Todo ello, unido a la escandalosa precarización de las condiciones laborales de los periodistas aprovechando la crisis económica, ha llevado a una disminución de la calidad de la información que atenta contra el derecho constitucional a la información de la ciudadanía. Pero los gobiernos, tanto el actual del PP como el anterior del PSOE, no han actuado para paliar esta situación, a pesar de las reiteradas peticiones que han recibido del Foro de Organizaciones de Periodistas -del que forma parte la Federación de Sindicatos de Periodistas (FeSP)- y otras asociaciones.

El Gobierno y el PP saben que no puede existir una democracia plena sin unos medios de comunicación independientes y con profesionales que trabajen en condiciones laborales dignas. Pese a ello, no han hecho nada para regular por ley la profesión periodística -como lo está en la Unión Europea y en muchos países de todo el mundo- ni para frenar la sangría de despidos y el cierre de publicaciones.

En esta conmemoración del 1 y 3 de mayo, la Junta Ejecutiva Federal de la FeSP apoya y hace suyo el manifiesto que la Federación Europea de Periodistas (FEP) -a la que pertenece- ha enviado a los partidos políticos, con motivo de las elecciones al Parlamento Europeo del próximo 25 de mayo, en el que les recuerda que la libertad de los medios de comunicación y la independencia de los periodistas están amenazadas «por las presiones políticas y económicas, así como por la globalización de los medios». Esa amenaza también afecta a la democracia.

La FeSP, como la FEP, pide a los partidos políticos que defiendan unos salarios justos para los trabajadores de los medios de comunicación; que promuevan una ley que regule los derechos laborales de los periodistas y garantice unas condiciones dignas para los colaboradores a la pieza; que se establezca la máxima seguridad y control permanente para los enviados a guerras o zonas de conflicto; que tengan en cuenta la situación especialmente grave de las mujeres y los jóvenes en este sector, y que consensúen un modelo de medios de comunicación públicos independientes y sin la intervención de los gobiernos en sus contenidos informativos.

La FeSP hace un llamamiento a todos los periodistas y trabajadores de los medios de comunicación para que apoyen las manifestaciones y actos que convocan los sindicatos y las organizaciones profesionales, para que conmemoren el 1 y el 3 de mayo como dos jornadas de lucha en defensa de sus derechos laborales y profesionales. Este llamamiento se extiende a toda la ciudadanía, que es la principal afectada en su derecho a la información por la precariedad de los profesionales.