Pérdida de puestos de trabajo, rebajas salariales, convenios firmados a la baja, ERE. Estos son algunos de los aspectos de la crisis en la prensa de papel. Incluso hay quien dice, para justificar todo esto, que la prensa escrita está muerta. ¿Es cierto? Aquí os dejamos las reflexiones de Xabier Arkotxa sobre el tema.

En tan solo 3-4 años la prensa se ha visto inmersa en un alud de expedientes de regulación de empleo.

Más de 5.000 periodistas han perdido su trabajo, con lo que las plantillas han quedado muy mermadas y han visto multiplicarse el volumen de su tarea.

Ya no se contrata a nadie con un contrato indefinido. Ahora proliferan los contratos de prácticas y, en los últimos tiempos, incluso contratos mercantiles de autónomos dependientes.

Los convenios que se han firmado lo han sido para pactar reducciones salariales, aceptar la supresión (temporal o definitiva) de derechos como la antigüedad y, sobre todo, para intentar frenar el efecto más negativo de la reforma laboral, el despido arbitrario con una indemnización mínima.

Todas estas circunstancias han provocado miedo e indignación. Redacciones que nunca se han distinguido por su combatividad, en los últimos tiempos han salido a la calle a reivindicar sus derechos y han apoyado la huelga general de forma clara y contundente.

Pero las continuas agresiones (empresas en las que se han repetido varios ERE seguidos, aumento de tareas, rebajas de categorías, desistimiento de pactos firmados, incumplimientos de convenios colectivos apoyándose en la reforma laboral) también han activado el miedo, sobre todo el miedo al despido, al paro.

Nunca se había hablado más de prejubilaciones en los diarios que en los últimos tiempos.

La causa de todo este panorama es LA CRISIS. Una crisis provocada, según dicen las empresas, por fuertes bajadas de publicidad y de ventas en los quioscos.

Curiosamente, distintos personajes del mundo de los medios de comunicación, vienen insistiendo en que la prensa está muerta, que no tiene futuro y que el futuro está en Internet.

Y, curiosamente también, los editores de diarios –miembros de la AEDE—han aplicado idénticas fórmulas para reestructurar sus empresas.

La crisis, dicen, está generando pérdidas a la prensa. Pero, ¿son reales esas pérdidas? ¿O son reducciones de beneficios? ¿La crisis viene de la disminución de ingresos por publicidad y ventas? ¿O de las inversiones faraónicas de las últimas décadas en proyectos televisivos, editoriales, etcétera? ¿O de una mala gestión?

Y ¿qué hacen las empresas ante esa disminución de beneficios? ¿Buscan mercados nuevos? ¿Hacen campañas para relanzar sus productos? No, la fórmula mágica es reducir gastos y el capítulo principal es el de la masa salarial. Y la forma de reducir ese apartado es despedir trabajadores, bajar salarios, eliminar conceptos salariales, reducir jornadas… Aunque, en declaraciones públicas y en muy distintos foros a los directores y gerentes se les llena la boca diciendo que la solución a la crisis es el periodismo de calidad. ¿Periodismo de calidad con plantillas disminuidas, con sueldos rebajados?

Ante este panorama, ¿cuál debe ser la actitud de los periodistas y de los sindicatos? ¿Qué debemos hacer? ¿Hay que aguantar el chaparrón? ¿Hay que aceptar un empeoramiento de las condiciones laborales durante unos años, hasta que pase la crisis, para asegurar los puestos de trabajo? ¿Se recuperarán las condiciones laborales perdidas una vez haya pasado la crisis?

Estos son algunos de los interrogantes que plantea la situación de la prensa hoy en día. Las respuestas las tendremos que buscar entre todos y algunas, seguramente, tendremos que luchar para imponerlas.